Vamos a ver, que me importa una puñetera mierda la boda real, los novios, los vestidos horteras, las pamelas inmensas, los invitados pijos y el caviar israelí del pica-pica.
Dejad de restregarnos por la cara la de pasta que se han gastado y hablad de otra cosa ya, cansinos.
Perdonad, pero alguien tenía que decirlo.