lunes, 27 de abril de 2015

Cambio de blog :: Bye bye y hasta otro ratito

¡Ahora sí que sí! Después de 8 años con este blog, es hora de decirle adiós. No porque lo tenga un poco abandonado, que también, sino porque he decidido hacer algo un poquito más "profesioná".

Como diseñadora gráfica y web de Barcelona, necesitaba un portfolio, es decir, una recopilación de los trabajos y proyectos que he realizado, ya que es bastante útil y necesario a la hora de conseguir un trabajo.

Pero un simple portfolio me parecía poco, así que decidí hacerme una web personal completa, con su blog y todo. Podéis visitarla a través de la siguiente imagen:



Así que con la web terminada y el nuevo blog en marcha, no tenía sentido continuar con La Loca de Singapur, por eso escribo este último post, para despedirme.

Como decía Gandalf: "No diré no lloréis, pues no todas las lágrimas son amargas". 

Exagerá. Ya sé que no estáis llorando, cualquiera diría que estabais esperando con ansias mis entradas sobre dentistas del averno y sobre polillas gigantes.

No voy a cerrar este blog, con todo el contenido que tiene sería una tontería hacer eso. Además, de vez en cuando me gusta entrar y leerlo. Es como un diario.

Para aquellos despistaos que aterricéis aquí, os invito a mi otro blog que, como aún no le he puesto nombre, de momento será el Blog de Anna Valero. ¡Por supuesto sois bienvenidos a dejar los comentarios que queráis!

Gracias por haberme leído, aunque haya sido de casualidad, y... nos vemos en otra entrada, colega ;)

viernes, 15 de noviembre de 2013

Hoy la cosa va de zombies

En la penúltima entrada comentaba que la casa no es lo único que comparto con mi chico, y es que hace un año y medio empezamos un proyecto juntos. 

Lo cierto es que todo empezó con un "No hay huevos" mientras paseábamos por un centro comercial. 

Bueno, quizás es mejor empezar por cómo nos conocimos. Nooooo, tranquilos, que no os voy a hacer potar arcoiris! Sólo diré que fue a través del Foro de The Walking Dead, que él mismo montó al quedarse prendado cuando vio la primera temporada de la serie. 


Como cada año, en Barcelona se celebra el Salón del Cómic, y esa edición estaba dedicada al mundo del zombie. Evidentemente, y como buenos zombie-fans decidimos ir. Nos conocimos en persona por primera vez en el stand de Planeta, donde estaba firmando Charlie Adlard, uno de los dibujantes del cómic de The Walking Dead. Fue en ese peculiar lugar donde surgió nuestro "friki-amor" y que, después de dos años y medio, continúa.

Un año después, estábamos dando un paseo por La Maquinista, un conocido centro comercial de Barcelona, y degustando un delicioso Frapuccino de fresa como este...


...cuando a alguien se le ocurrió la locura de montar una tienda online dedicada a The Walking Dead y al zombie en general. 

Uno dijo: "¡No hay huevos!" 

Otro dijo: "¿Que no?"

Y ya tuvimos el pollo montao.

Un par o tres meses después, inauguramos la primera tienda online de zombies en España, y la llamamos La Trastienda Z.



Al principio teníamos poco material, pero poco a poco hemos ido ampliando nuestro catálogo, y a día de hoy tenemos cerca de 400 artículos, todos ellos de temática zombie: 

Novelas

Novelas de zombies


Cómics




Merchandising
Desde impresionantes figuras de coleccionista, peluches y muñecas espeluznantes, camisetas, llaveros, y artículos de regalo como una bonita cabeza de zombie para guardar galletas o unas zapatillas para tener los pies calenticos en invierno.

Merchandising Zombies


Disfraces


Incluso tenemos un Pack Apocalipsis Zombie!!

Y es que hay que estar preparado para cuando llegue el Apocalipsis Zombie, por eso disponemos de un pack que contiene todo lo necesario para sobrevivir: bebidas energéticas, sangre de zombie, piruletas de cerebro, piel de zombie, pastillas contra el aliento zombiril...


Por supuesto no puede faltar una categoría especial dedicada a The Walking Dead, puesto que fueron Rick Grimes y compañía quienes nos impulsaron a emprender este proyecto.

Peeeeero, eso no es todo, y es que hace apenas 1 mes inauguramos otra tienda más. Ésta vez, pensamos en todos:

Para los zombies, para los lentos, para los rápidos, para los seriéfilos, para los cinéfilos, para los comiqueros, para los gamers, para los roleros, para los ochenteros, para los otakus,… para los frikis en general: 
Nos complace daros la bienvenida a nuestro segundo hogar, vuestro hogar, un lugar donde vosotros, los supervivientes, podéis refugiaros en caso de apocalipsis zombie. 
Y que así conste en este acta, que los zombies y los humanos podemos convivir en armonía!  
Con todos ustedes, queda abierta la escotilla de …

Ale, ya os he hecho un poco de propaganda de mis dos tiendas, así que si os apetece entrar y chafardear, sois bienvenidos =)

lunes, 23 de septiembre de 2013

Dexter: Finale

Pues sí, ya sé que no he escrito nunca nada sobre Dexter, pero ayer fue la final y, después de ocho años disfrutando de la serie, tenía que dedicar una entrada al asesino en serie más simpático de toda la TV.



ATENCIÓN SPOILERS
Así que, ya sabéis, si no queréis que os destripe el final, huid, bien lejos. Pero luego volved, ¿eh? =D

Pues bien, acabo de ver el final, y la verdad es que me ha decepcionado un poco.

Desde siempre he tenido claro que una serie como Dexter no podía acabar bien, por mucho que se empeñaran estos últimos capítulos, cuando nos hacían creer que él, Hannah y Harrison huirían a Argentina y comerían perdices, y churrasco a la barbacoa. No, me negaba a creer que Dexter tuviera un final feliz, porque no le pega.

Empecé a pensar en la posibilidad de que le pasara algo a Deb, algo que hiciese un click en la cabeza de Dexter, que le hiciera explotar de rabia y liberar esos sentimientos que, como buen asesino en serie, tenía contenidos. Algo por lo que decidiese quedarse y cambiar, o incluso confesarlo todo y entregarse.

Lo que no me imaginaba para nada era el desarrollo final, que él acabara con la vida de su hermana para acabar con su sufrimiento, llevarla mar adentro y hacer desaparecer su cuerpo bajo las profundidades, tal y como había estado haciendo durante las primeras temporadas con sus víctimas, sólo que esta vez, sin bolsas de basura y sierras de por medio. 

Emotivo y simbólico, sí, pero un poco irreal. ¿Nadie ve que se lleva un cadáver del hospital y lo sube a su barco?

También creo que la han cagado un poco con el final. Yo hubiese eliminado la última escena, en la que aparece en el quinto coño con pintas de leñador del Canadá descargando camiones de troncos, y hubiese acabado la serie con esa escalofriante escena en la que se dirige con su "Slice of Life" hacia la tormenta. Ese hubiese sido un final trágico y sorprendente, que nos hubiera dejado el corazón en un puño y un nudo en la garganta. Para mi, ese hubiese sido el final perfecto.

Porque, vamos a ver... Otra cosa que no me cuadra... ¿cómo pudo sobrevivir al huracán en medio del océano? Por muy Dexter que sea, es humano, no me creo que alguien pueda sobrevivir a algo así. ¿Y Hannah? Lee la noticia por internet y casi ni se inmuta, ni una triste lagrimilla, nada. 

Creo que el final en sí ha sido muy rápido, apenas 15 minutos, y poco emotivo, no me ha dado tiempo a emocionarme ni a soltar una lagrimilla por lo de Deb. ¿Lo de cargarse a Saxon para que pareciera defensa propia? Buena idea, pero lo han dejado estar demasiado rápido. En otro momento, Quinn hubiera sido el primero en culpar a Dexter, pero como acaban de cargarse a Deb y está destrozado, lo único que quiere es ver a Saxon muerto, al igual que Batista. Que sí, en parte tiene sentido... pero lo he visto demasiado forzado todo.

De todas formas, y para acabar, me alegro de que haya terminado así, y no felizmente como nos querían hacer creer. 

Nunca habría pensado que un asesino en serie me llegaría a caer bien, pero Dexter lo consiguió en el primer capítulo. Han pasado 8 años desde entonces y ahora, parece que me falta algo. Se nos va una serie, pero también se nos va un amigo. 

Adiós, Dexter Morgan, te echaremos de menos =)

martes, 20 de agosto de 2013

Un cameo

Uhhhh... ¿Ya ha pasado más de un año desde mi última entrada al blog? Redios, el tiempo pasa volando!

En fin, no voy a decir que he vuelto, como las últimas 5 veces, porque seguramente escribiré esta entrada, la cual será tan larga que acabaré del blog hasta los ovarios y entonces no me volveréis a ver el pelo hasta que algún día muy lejano me aburra, me acuerde de que tengo un blog y me dé por escribir paranoias varias. Y así en un bucle infinito. 

Así que, no diré que esto es un "he vuelto", sino más bien un cameo. Como algunos directores de cine, que hacen cameos en sus propias películas, ¿sabéis? Véase Tarantino, Peter Jackson o M. Night Shayamalan... Y antes de que digáis nada, sí, creo que M. Night Shayamalan es uno de los mejores directores que hay, aunque los críticos de cine se empeñen en decir lo contrario. #HombreYa

Paradme, paradme ya!!! Que me voy yendo por las ramas y al final será demasiado tarde!

En fin, que llevo un año de retraso (en actualizar el blog, no de retraso mental, que os conozco ¬¬), así que será mejor que haga un resumen de lo más destacado (pero un resumen de verdad, no un resumen de esos quijotescos míos, que ya sabemos todos como acaba la cosa).

Como ya dije en este post, estuve 6 meses trabajando como Administrativa en el Ayuntamiento. Pues bien, después de esto, no he conseguido ningún trabajo más. De haberlos haylos, pero es que en muchos de ellos te piden mínimo 3 años de experiencia, inglés, alemán, élfico, carrera de magia en Hogwarts, manejo de monopatín aéreo y conocimientos informáticos nivel Tony Stark.

Parada tampoco puedo estar, porque se me caen las paredes encima. Hace tiempo, cuando me pasaba esto, cogía el tren y me dirigía a la civilización, al centro de Barcelona, a mirar tiendas, para distraerme y pasar el día. Pero es que cada vez lo soporto menos. 

Para empezar en el tren. Pueden pasar 2 cosas: 

1. Que te lo encuentres lleno de guiris rojos como gambas provenientes de Lloret que se van a Barcelona a ponerse hasta el culo de tapas, "paela" y sangría, y a hacerle 298537 fotos a la Sagrada Família, por lo que, para caber ahí dentro tienes que soltar todo el aire hasta quedarte envasado al vacío. 

2. Que esté vacío, escojas tu asiento favorito al lado de la puerta y del baño, pero al rato aparezca el típico pesao que se sienta justo a tu lado. Recuerdo que el vagón y, probablemente el tren entero, vayan vacíos, así que hay unos 200 asientos libres. Pero no. Ese tío, que lleva una semana sin ducharse y que antes de subir al tren se ha trincado un par de carajillos en el bar de la estación, con el consecuente aliento whiskyl, decide sentarse a tu lado.

Nota: un día haré un recopilatorio de los diferentes tipos de entes que te puedes encontrar en el tren, seguro que vosotros también os habréis encontrado con ellos alguna vez.

Pero si tener que aguantar a según qué tipo de gentuza encerrado en un vagón de tren bajo tierra es difícil, andar por la superfície es aún peor, porque te puedes encontrar tanto a los del punto 1 como a los del punto 2...

Por no hablar de los llamados Solidarios Cojoneros. Esos que, cuál halcón, divisan a su presa desde unos 200 metros, y mientras tú intentas huir de ellos, esquivándolos entre los transeúntes, ellos te siguen con la mirada y se van acercando cada vez más a ti, hasta que finalmente te cazan. Son reconocibles porque llevan unos chalecos fosforitos y sujetan una carpetita en la mano. 

La empalagosidad y la simpatía exagerada son sus técnicas de ataque para que caigas en sus redes. Su anzuelo, ese educado: "perdona, ¿tienes un momento?". Pues sí, tengo muchos momentos, por eso estoy paseando por el centro de Barcelona un día de cada día y con una bolsa de la FNAC en la mano. Cosa que no puedes decir porque sino ya te tienen enganchao. Lo mejor es hacer como los erizos o las mofetas, que tienen unas impresionantes técnicas de defensa. Como los erizos, porque les sueltas una púa que se quedan petrificados, sin saber qué hacer, ya que no has sucumbido a sus maravillosos encantos de comercial vendehúmos. Y como las mofetas porque... bueno, en fin, vamos a dejarlo.

Y como éstos, un montón de gente más que no hace más que tocarte los huevos mientras tú paseas tan tranquilo por la calle. Están los lentos (pero lentos, lentos), los que se chocan contigo porque andaban empanaos mirando La Pedrera, los que se paran en el último escalón de las escaleras mecánicas (¿no se dan cuenta de que pueden crear un efecto dominó y la pueden liar parda?), los seguratas de las tiendas que te miran raro porque entras, echas un vistazo rápido de 10 segundos, y te vas (aunque los entiendo, no conozco a ninguna chica que no se pase menos de 30 minutos en una tienda de ropa mirándolo y tocándolo ABSOLUTAMENTE todo. Yo también sospecharía de una chica que no hiciera eso).

Y así, un sinfín más de gente, que si continúo, no paro. Por eso, ahora no voy al centro si no es por necesidad, así que no suele ser más de dos veces al mes.

Cuando puedo voy haciendo cursillos de lo que encuentro para ir reciclándome: de diseño gráfico, de programación, administración, contabilidad... ¡Lo que sea menos estar parada!

¿Y os pensáis que me aburro? ¡Nooooooo! De hecho, he tenido un verano bastante movidito, pues en julio di el gran paso: pasé de vivir bajo el techo de mis padres a tener mi propio techo. Pasé de tener la comida preparada cada día a tenerla que hacer yo. 

Vamos, que he pasado al #ModoMarujaON y durante estos 3 meses he aprendido unas cuantas cosas útiles:

• Ahora ya sé cocinar otras cosas que no sean raviolis con tomate y tortillas a la francesa, y lo mejor es que me gusta!

• También sé poner una lavadora, y que tender y plegar la ropa es un coñazo

• Sé que ir al Mercadona a las 12 del mediodía de un sábado es un suicidio. 

• Ir al IKEA es muy chuli y lo comprarías prácticamente todo, pero esa sonrisa se te quita cuando pasas por caja, aunque vuelve al comerte el frankfurt de 1€ con cebolla frita, ketchup y un vaso de ese líquido gaseoso de color y sabor indefinidos. 

• Si compras pollo, se tiene que comer antes de que caduque, o tu nevera se va a convertir en un hervidero de gremlins.

• Comer espinacas y cosas verdes y/o que salen de la tierra no mola.

Pero vamos, lo mejor de haberme independizado es haberlo hecho con ÉL, con esa personita tan especial que hace que quiera compartir mucho más que un techo. #ModoEmpalagosoOFF

De hecho, hay otra cosa que compartimos juntos y que os explico en breve ;-)

martes, 7 de agosto de 2012

He vuelto (vol. 3): 1º Aniversario



En mayo, mi novio y yo cumplimos un año juntos y lo celebramos con una cena y un fin de semana en un balneario. De hecho, empezamos a celebrarlo el 3 de mayo pasando el día en El Saló del Còmic, donde nos conocimos en persona. Más simbólico (¡y friki!) imposible. Y por la noche fuimos a cenar. Él no sabía nada, ya que era una sorpresa que le había preparado. Le llevé al Visual Restaurant, un restaurante panorámico de Barcelona.

Ninguno de los dos habíamos estado nunca, y la verdad es que nos gustó mucho! Estábamos en una mesa situada en frente de la ventana, y desde nuestra posición de podían ver unas magníficas vistas de Barcelona. 

Creía que iba a ser el típico restaurante donde te ponen un plato de 56 cm de diámetro con algo parecido a una boñiga de pato en el centro. ¡Pero no! La comida era espectacular. Los platos estaban bastante elaborados, combinando diferentes sabores y texturas. 

Y esto es lo que cené: *busca en la web del restaurante porque son unos nombres tan largos que ni se acuerda*

  • Carpaccio de bacalao con tomate, aceite de espinacas y cebolla caramelizada 


  • Salmón crujiente con queso Idiazábal y trigo tierno
  • Surtido de helados: chocolate, mandarina y vainilla (¡creo!)

Cómo podréis comprobar, le pegué un bocao al helado de mandarina antes de hacer la foto =D

Al día siguiente por la tarde nos preparamos las cosas y nos dirigimos al Balneari Prats. Tampoco habíamos estado en un balneario, y lo primero que vimos cuando llegamos allí fue a un montón de abueletes en albornoz pululeando por todo el recinto. Nos cambiamos y fuimos a la piscina, que pudimos disfrutar muy poco porque se estaba nublando mucho.

*ComoPilleAlHijoPutaDeMurphyLeRevientoLaBocaAñalskdñas*

Al día siguiente nos hicimos una moñez de estas... ¿cómo se llama? ¡Una envoltura de orquídea! O sea, te embadurnan en crema de orquídea, te envuelven con una toalla rollo momia y te dejan ahí 20 minutos. La verdad es que la piel nos quedó muy suave durante el día.

Por lo visto el traje oficial de ese balneario es el albornoz, puesto que no se lo quitan ni para desayunar. Sí, sí, como lo oís. Tú estás degustando tan tranquilo tu zumo de naranja, tu café con leche y tu tostada con embutido, cuando en la mesa de al lado se te sienta una parejita de abueletes entrañables con el albornoz a juego. Si me parece muy bien, es lo más cómodo... Pero no quiero estar comiendo mi croissant con mantequilla y que al abuelete se le desabroche accidentalmente su albornoz, dejando entrever su... croissant... ¡Que no! A desayunar todos vestidos, ¡coño ya!

Por cierto, y hablando de desayuno... Era el típico buffet libre, donde puedes pasearte por las diferentes mesas llenas de bandejas de comida, arrasar con todo y ponerte como un verdadero cerdo. Había cestas con diferentes tipos de pan, bollos y bizcochos, distintas variedades de embutidos y queso, mantequillas y mermeladas, máquinas de café y zumos, fruta, etc. La cocina también estaba abierta para hacerte el típico desayuno inglés, con tostadas, huevos y bacon, por ejemplo.




Nos pasamos todo lo que quedaba de día en la piscina, relajándonos en la terraza, tumbados en las hamacas y tomando cócteles (Nivel de alcohol en sangre +1). 




Por la noche fuimos a cenar una torrada gigante con algunas tapas, todo acompañado de un vino de mesa (Nivel de alcohol en sangre +5). Casualmente era la fiesta mayor del pueblo, así que nos unimos al pasacalle con los gegants, las brujas y demás vecinos. Recorrimos varias calles hasta llegar a la Plaza del Ayuntamiento, donde nos tomamos algunas birras (Nivel de alcohol en sangre +10).

En la plaza había montado un pequeño escenario en el que más tarde tocó la típica orquesta de pueblo versionando temas variados. Sí, llevábamos unas copichuelas de más y sí, estábamos contentillos. Sólo diré que acabamos bailando el "Ai Si Eu Te Pego" (Nivel de alcohol en sangre +1326546).

A la mañana siguiente, aún resacosos perdidos, desayunamos y, aunque teníamos que dejar nuestra habitación a las 12h, nos dejaron quedarnos hasta que quisiéramos. Y así lo hicimos. Nos daba tanta penita irnos, que aprovechamos hasta la hora de comer para tumbarnos en las hamacas de la piscina y disfrutar de los últimos momentos en ese maravilloso sitio.

Fue la primera vez que íbamos a un balneario, pero después de lo bien que lo pasamos, no será la última!

jueves, 2 de agosto de 2012

He vuelto (vol. 2): Trabajo


A finales de diciembre me enviaron un e-mail del ayuntamiento de mi pueblo en el que se convocaba otro Plan de Ocupación. Las condiciones eran las mismas que las de las dos últimas veces, así que fui a pedir información. Habían unas 20 plazas para diferentes puestos, y 5 de ellas eran para Auxiliar Administrativa. No me importaba que no fuera de lo mío, era un trabajo! Así que fui a la oficina del SOC a apuntarme. 

No lo tenía muy claro, puesto que llevaba ya dos Planes de Ocupación, y con la demanda que había, era probable que le diesen el puesto a otra persona que no hubiese tenido la oportunidad aún. Pero la semana siguiente recibí una llamada del ayuntamiento, en la que me decían que me habían elegido para el puesto. 

3, 2, 1... Combustióooooooooon!!!!! 

Así que el día 2 de enero empecé a trabajar como Auxiliar Administrativa en el Archivo Municipal. De hecho era un lugar que ya conocía, tanto las dependencias como los compañeros de trabajo, puesto que la última vez también estuve allí como Informática. 

Durante 6 meses he estado básicamente tratando con bases de datos, archivos y cajas. A ratos se me hacía un poco pesado, ya que era un trabajo muy monótono, pero finalmente me acostumbré.

Lo que no me esperaba para nada era recibir una llamada de otro trabajo. Era una empresa de diseño gráfico en Barcelona, a la cual había enviado un currículum meses antes y me habían concedido una entrevista. En ese momento no me dieron el trabajo, pero en abril se pusieron en contacto conmigo, ya que el anterior trabajador se había ido. Así que una tarde me planté allí, y salí con un segundo empleo bajo el brazo. 

Según me dijeron, el trabajo era eventual, ya que en ese momento tenían mucha faena y necesitaban a alguien que les quitase cosas de encima. Una especie de becario, vamos. Dudé un poco, porque combinar los dos empleos se me haría un poco duro, pero una oportunidad como esa no volvería a salir, así que acepté. 

El mes de abril fue una puta locura. Estaba de 9h a 14h en el Archivo. Por suerte mi jefa me dejaba comer allí antes de irme para Barcelona. Me llevaba unos tuppers que me preparaba mi madre, y a la hora me dirigía hacia la estación de cercanías. Tenía unos 30 minutos hasta el sitio. Llegaba allí sobre las 14.40h. Muchas veces me tenía que esperar en la puerta porque no había nadie, cosa que me desesperaba. 

Durante los primeros días estaba un poco perdida, pero luego le fui cogiendo el tranquillo. De hecho, pensaba que tenía mucha suerte de poder estar trabajando en algo que me gustaba.

Desgraciadamente, a finales de abril me dijeron que en ese momento ya no tenían trabajo para darme, así que esa era mi última semana, pero que estuviese tranquila que dentro de un par de meses volverían a llamarme.

Bien... Estamos a 2 de agosto. ¿A vosotros os han llamado? Pues eso.

Así que continué sólo con el trabajo en el ayuntamiento, hasta finales de junio, que se me acabó el contrato.

Y desde entonces que vuelvo a estar en paro. ¡Pero eso sí! Con un currículum más completo que espero que me permita conseguir un buen trabajo más adelante!

viernes, 20 de enero de 2012

Y el día más temido llegó

Sabía que tenía que pasar un día u otro, pero lo iba retrasando cada vez más, poniendo excusas:
"En verano paso, no podré tomar helados. Mejor en septiembre.
"Ahora en Septiembre tampoco, que acabo de empezar las clases y no puedo faltar ningún día.
"¡Para Navidad ni hablar! Me quedaré sin comer turrones y sin ponerme como una cerda de pavo. ¡Uy, no, no!
"Uy, ahora tampoco me va bien, eh? Una horda de zombies está invadiendo mi pueblo y mejor que no salga de casa.
Pero finalmente me armé de valor y la semana pasada, el viernes día 13 (para más inri) fui a ese lugar que acojona más que El Corte Inglés el primer día de Rebajas. Ese lugar donde entras con la boca desencajada y sales con la boca más desencajada aún. Ese lugar que te da escalofríos nada más de pensar en él. Ese lugar donde los seres que lo habitan te invitan a pasar y te sonríen perversamente detrás de esa mascarilla azul turquesa. Ese lugar donde puedes ver a otras almas en pena como tu cayendo en las garras de estos seres maléficos, uno a uno.

Si aún no lo habéis adivinado, es que no habéis leído estas dos entradas, así que ya estáis tardando!


Sí, señores. Después de tantos años, por fin me he atrevido. Pensaba que no lo haría nunca, pero me podía más el miedo a acabar como un puñetero castor, y como en mis planes de futuro no se contempla la posibilidad de trabajar de taladora de árboles con mis dientes delanteros, decidí dar el paso.

Así que a mediados de Diciembre fui a la clínica a pedir hora para la operación de muelas del juicio. Me recomendaron que me las hiciera de dos en dos, primero un lado y más adelante, el otro. Más que nada porque ya que se tienen que pasar unos días no muy agradables, que se haga en menos sesiones posibles. Dejaron pasar las fiestas de Navidad y me dieron cita para el viernes 13 de enero a las 11 de la mañana. 

Durante la semana estuve bien, pero el mismo viernes ya me levanté con pequeños retortijones y el corazón palpitando más rápido de lo normal. Fui al trabajo y, tal como me dijeron, a las 10 me tomé un Ibuprofeno con el desayuno. Los compañeros de trabajo, a parte de mirarme con cara de compasión cuando dije que iba a operarme, me metieron el miedo en el cuerpo diciendo que me iba a doler mucho, que iba a estar con la cara hinchada, teniendo que hacer reposo una semana. O sea, que las iba a pasar putas. Ya bastante acojonada que estaba, sólo me faltaba eso. Gracias, compañeros ¬¬

Por suerte recibí una llamada de mi madre y un par o tres de mensajes de mi novio dándome ánimos, cosa que me sirvió de mucho =)

Y llegó la hora. A las 11h estaba en la clínica. Me sentía como un cochinillo a punto de entrar en el matadero. Como un perrito cuando le dices: "¿Vamos a bañar?". Como Frodo delante de la Puerta Negra de Mordor. Como el cámara de Frank de la Jungla. Como los cajeros del IKEA un sábado por la tarde. Como la pareja de juego de Remedios Cervantes en un concurso de televisión. Como cuando un zombie viene corriendo a por ti. Como cuando te aparece un pantallazo azul en el ordenador. Como cuando no te funciona WhatsApp. Pero todo junto. Captáis la idea, no? Pues eso.

Tenía cita a las 11h, pero igualmente me invitaron a que me sentara y esperara. En aquella sala de espera de color naranja fosforito chillón, con dos fotos colgadas de niños lavándose los dientes y sonriendo maléficamente.

Y delante mío tenía el mueble que no puede faltar en ninguna sala de espera: la mesa infernal de las revistas. A ver qué hay... El Hola. Mierda. El Qué Me Dices. Mierda y media. Paso. Prefiero pasar los últimos momentos mordiéndome las uñas con la mirada perdida antes que ver una foto de la última rinoplastia de la Esteban.

Señor Juan, pase. Señora María, le toca. Pepito de los Palotes, su turno. Y así pasaron 45 minutos. Los 45 minutos más largos que he tenido, viendo como entraban y salían almas en pena de las consultas. 45 minutos oyendo el inquietante y terrorífico sonidito del torno de dentista. Inlcuso me parece oír los gritos de un pobre cochinillo:





Y yo, mientras, esperando cual preso en el corredor de la muerte. Llevo aquí 45 minutos pero da igual, vosotros a vuestro rollo. Total, me estoy quedando sin uñas, mi culito no puede estar más cerrao de lo que ya está, mi corazón está a punto de reventar y estoy por entrar en combustión espontánea, pero tranquilos que todo va bien.

Ahora sale un chico con cara de mala hostia y con una bolsa de hielo en la mejilla. Mierda. Seguro que a éste le han hecho lo mismo que a mi. Y no tiene muy buena cara. Qué asco esa babilla que le cuelga del labio inferior.

De repente, una cabeza flotante con gorro de cirujano aparece por detrás de la pared y una vocecilla dice las palabras mágicas:
"¿Anna? Ya puedes pasar.
Mierda. Mierda Mierda Mierda. 

En ese momento mi vida entera pasa por delante de mi como una presentación de Power Point, pero sin ositos. Sonrío lo mejor que puedo, aún teniendo la boca desencajada y los músculos de la cara paralizados. Parezco Chandler de Friends. Me levanto y acompaño al espectro vestido de azul turquesa por el pasillo hasta la cámara de gas, la segunda a mano izquierda. Me siento en la camilla infernal y me suelta:
"Qué, ¿como estamos? Muerta de miedo, ¿verdad?
Hombre, pues la verdad es que sí, no se lo voy a negar.

Hay que reconocer que la mujer es muy maja, antes de empezar se sienta y me explica lo que me va a hacer, lo que voy a sentir, etc. Me dice que ella no trabaja con dolor. En ese momento me acuerdo de Rocky Balboa y su "No Pain, No Pain!!!!". Ji ji ji. Me río. Risa nerviosa, sí.


Mientras me explica todo esto, otro de los espectros me sorprende por detrás y se abalanza sobre mi. Me coge de la cabeza y me tira del pelo!! Veo que con la otra mano sostiene una especie de bolsa azul. Seguro que quiere asfixiarme con ella. Ayuda, AYUDAAAAAAAAAAAh, no, espera. Es un gorro quirúrgico. Por higiene, dice. Uffff. No me déis estos sustos, hombre. 


Luego me saca una hoja y me dice que la firme. En ese momento me acuerdo de todas las series de médicos, en las que el doctor le da al paciente una autorización conforme le da permiso para abrirlo en canal y removerle bien las tripas. Bueno, vale, no pierdo nada. Rsrsrsrsrs. Plasmo mi firma.


Me acomodo en la silla. Tiran el respaldo hacia atrás. Se enciende la luz. 3, 2, 1... Empieza la masacre.


Después de 65436524 pinchazos de anestesia en la mandíbula inferior derecha,   parece que empiezo a notar algo. Mejor dicho, a no notar nada. Y en aquel momento veo pasar por delante de mis ojos el temido objeto. Ese objeto delicado pero puntiagudo y afilado. El objeto clave en toda operación. Así es: el bisturí. Ejem.... He dicho: 


EL BISTURÍ





Sí, esta misma cara es la que puse yo.


Si pensaba que no podía tener el culito más apretao, estaba equivocada. 


Abro la boca. De repente noto como el bisturí empieza a rajar la encía. Se supone que con los litros de anestesia que me han puesto no tendría que notar nada, así que levanto la mano. Milagro!! Me hacen caso y paran. Otros 568435 pinchazos. Ahora sí que no noto nada de nada. Ya me pueden descuartizar tranquilos, que no voy a quejarme.


La cirujana se ceba como nunca con el bisturí. Mientras tanto, el aspirador que llevo en la boca cada vez absorbe más y más sangre. Una sangre granate y espesa. Una vez acaba de rajarme toda la boca, saca el bisturí y con la ayuda de lo que parece ser un calzador, separa la mejilla. Seguidamente, mete una especie de destornillador justo en donde está la muela, y empieza a girar el mango. Cada giro que da es una presión bastante fuerte que siento en toda la parte inferior de la mandíbula. En ese momento no puedo evitar recordar alguna que otra escena de Saw.


¡Plop! Vaya, qué alivio. ¿Qué ha sido eso? Veo como coge las tenazas y sin hacer casi fuerza me sacan una pieza larga y sangrienta de la boca. Dios! ¿Eso es mi muela? Yo quiero verla luego!! Porfi, porfi, porfi!! 


Espera, que aún no han acabado. Ahora me ponen un par de puntitos. Qué agradable es tener un hilo de pescar de 2 metros saliéndote de la boca. Dar un par de vueltas más, cortan el hilo que sobra, y se acabó!


Siguen el mismo procedimiento para la muela superior. 64322 pinchazos de anestesia. Rajar la zona con el bisturí. Sacar la muela como si fuera un corcho de una botella de cava. Arrancarla con el fórceps. Poner los puntos. Meter un algodoncillo. ¡Y voilá!


3, 2, 1... Se apagan las luces. ¡Termina la función!





Pues no fue para tanto, ¡oye!


Después de la matanza, la cirujana se sentó y mientras sostenía un paquete de hielo en la mejilla, me explicó todo lo que tenía que hacer y tomar los próximos días.


Eso es:
  • Hielo en la mejilla durante todo el día. 
  • Ibuprofeno. 1 cada 8 horas. 5 días.
  • Amoxicilina. 1 cada 8 horas. 5 días.
  • Paracetamol. 1 cada 8 horas. 5 días.
  • Clorhexidina. 2 veces al día. 15 días.
Empastillada perdida, vamos. Entre esto, las pastillas para el corazón de mi tía y las pastillas de mi madre para la ciática, mi casa parecía el Pacha.

Ah, y tampoco podía escupir ni lavarme los dientes hasta el día siguiente. Para ir sacando la sangre, sólo había dos opciones: o tragármela o babear. Maravilloso. 


Por supuesto nada de comer sólidos, y solamente comida fría o tibia, nunca caliente.


Y ni hablar de hacer deporte durante 3 o 4 días. Mierda. Con el mono que tenía de Body Combat...

Al acabar, fui al mostrador de recepción. Se mostraron muy amables y me dijeron que para cualquier problema o duda, que les llamara. Qué buena gente, oye. Y qué atentos. Da gusto ir a un sitio como este y que te atiendan así de b...
Pues 312 €, por favor.
Serán hijos de *************!!!!!!!!!!!!


Así que salí de la consulta como si esos 300 € aún continuasen en mi cuenta, me despedí con un "grashlliashll" y fui directo a la farmacia a buscar todo el pastillamen.


Llegué a casa y lo primero que hice fue quitarme el algodoncillo lleno de babas y de sangre (siento ser tan gráfica, pero es lo que hay). Luego me tomé un paracetamol para el dolor, y me puse una bolsa de guisantes en la mejilla. No me miréis así, todos lo hemos hecho. Quién dice guisantes, dice una merluza o un filete de panga.



Lo mejor es que por la tarde había quedado con el churri, así que el pobre tuvo que aguantar mi cara de hamster y mi aliento a dentista. Sin olvidar el constante babeo de sangre como si fuera un zombie salido de The Walking Dead. Claro que teniendo en cuenta que nos conocimos en el foro de la serie, esto último fue algo simbólico. Verdad, cucurrucu???? xDDDD 


#ModoCursiOFF -_-

Total, y para terminar... 


Si alguien en mi misma situación ha venido a petar a este blog buscando información sobre la operación de muelas del juicio y no sabéis qué hacer porque estáis más acojonaos que los guardaespaldas de Justin Bieber (no me digáis que no, perras, que puedo ver las búsquedas de Google ¬¬), os diría que adelante.


Sí, acojona bastante porque al fin y al cabo no deja de ser una operación. De hecho, y a decir verdad, no paré de temblar y cada vez que veía el aspirador lleno de sangre, me daba un algo. Pero, en serio, no duele nada de nada. Sí que notaba como me rasgaban la encía y la presión posterior al sacar la muela, que quizás fue lo que más angustia me dio. También dolieron un poquitín los pinchazos de anestesia, sobretodo según la zona, pero se aguantaron bien.

¿Lo peor? Las horas siguientes a la extracción. Tuve que estar bastante rato con hielo en la mejilla para evitar que se me hinchara, pero aun así había ratos que parecía un hamster, y al día siguiente hubo quien me dijo que parecía que tuviera un Sugus en la boca ¬¬. Sí, sí... encima cachondeo...


Las heridas no pararon de sangrar, por lo que tuve ese saborcillo metálico en la boca todo el día. Además no podía escupir, de forma que la tenía que sorber y tragármela. Si me hubieseis visto... Estaba más mona...


A medida que se me fue pasando el efecto de la anestesia iba notando cada vez más molestias. Notaba como me tiraban los puntos y la zona donde estaba la muela inferior derecha me dolía cada vez más, por lo que tuve que empastillarme otra vez.


Los siguientes días mucho mejor, eso sí. Ya no dolía, pero con tanto punto parecía que tuviese un tropezón gigante atascado entre dos muelas. 


Hoy, por fin, me quitan los puntos. Espero que después de eso desaparezca ese regustillo raro que aún sigo notando en la boca.


Aún me quedarán las muelas de la parte izquierda, pero creo que será antes de lo que pensaba =)

viernes, 18 de noviembre de 2011

Francia 2011 - Sábado

Cuando el despertador sonó a las 8h de la mañana tan sólo hacía 4 horitas que nos acabábamos de acostar. 

El día anterior habíamos ido a una sesión de Phenomena. ¿Que qué? ¿Phenomena? ¿Y ezo qué é lo que é? Me preguntaréis. Y si no me lo preguntáis, da igual, me lo pregunto y me lo respondo yo misma. Yo me lo guiso, yo me lo como.

Pues Phenomena se trata de una iniciativa creada por un chico de Barcelona, en la que se vuelven a proyectar en pantalla grande (más concretamente en el cine Urgell) los clásicos de los 70, 80 y 90, como Regreso al Futuro, E.T., El Resplandor o Cazafantasmas. Sí, es muy friki, pero mola mucho!

Así que, ese viernes tocaba doble sesión con Jurassic Park y Terminator 2. Cabe decir que, aunque me dormí a mitad de la peli de Arnold Schwarzñeglskdñlfas, me gustó bastante poder verla en el cine y con las reacciones de todos los asistentes. 

Total, que entre que llegamos a casa y nos acostamos, serían las 3h de la madrugada. Dormimos muy poquito, pero a las 8h ya estábamos en pie. Nos despejamos, desayunamos tostadas con mantequilla y mermelada con tropezones, y jugamos al tetris con el equipaje y el coche. Sí. Porque en vez de irnos 5 días, parecía que nos fuésemos 5 semanas: Una maleta pequeña, una bolsa de deporte, tres bolsos grandes para trastos varios, comida, la tienda de campaña, los colchones, las mochilas de las cámaras... Nos costó pero al final lo pudimos meter todo, repartido entre el maletero y los asientos de atrás. 

Salimos a las 10h de casa. 4 horas de viaje por autopista, sin parar nada más que una vez en una área de servicio para ir a cambiar el agua al canario y, como no, degustar uno de esos maravillosos líquidos marronzuelos y ardientes como la lava volcánica a los que llaman café.

Unos pocos quilómetros antes de llegar a la frontera, empezó a aumentar la densidad del tráfico, así que estuvimos como una media hora sin avanzar casi nada. Por suerte pasamos sin problemas, así que los dos y el fiambre que llevábamos en el maletero respiramos tranquilos.  


Luego configuramos nuestro GPS para que nos llevara a nuestro destino. Había 4 voces distintas, pero escogimos la de la señorita María, puesto que era la más agradable que encontramos. Pero lo que no sabíamos es que María nos metería en algún que otro lío durante todo el viaje.

Una vez pasada la frontera, continuamos y pasamos por Perpignan, Narbonne y Montpellier. Pensaba que el trayecto se me iba a hacer muy largo y cansado pero se me hizo más ameno al tenerle a él al lado :), y por la banda sonora que nos acompañó durante esas 4 horas. Durante el primer tramo escuchamos a Queen y luego a Europe. Sí. Porque no hay nada como disfrutar de Bohemian Rhapsody o The Final Countdown con el volumen a toda hostia y cantando como si no hubiera mañana. De hecho, hay un vídeo que lo corrobora, pero no pienso colgarlo. Que no, no insistáis. 

Nuestro primer destino fue Nîmes. Es una ciudad que está a unos 50 Km al sur oeste de Avignon, y es famosa por sus restos romanos bastante bien conservados.

Llegamos allí sobre las 2 y pico de la tarde. Encontramos aparcamiento en el centro y fuimos en busca de algun sitio para comer. De camino nos cruzamos con el Anfiteatro de Nîmes. Muy grande, muy bonito, blablabla. ¿Dónde leches hay un puñetero restaurante? Fuimos calle arriba, calle abajo, encontramos un par de restaurantes y algún bar de platos combinados, pero no nos convencía ninguno... Queríamos aprovechar la tarde, ya que teníamos que visitar bastantes cosas, así que para no perder tiempo decidimos comer a lo guarro: un frankfurt y una Coca Cola en una plaza. 

Cuando terminamos, hicimos un par de fotos a la iglesia de Sainte Perpétue, ya que estaba allí al lado.


Iglesia de Sainte Perpétue


Dimos media vuelta y, ésta vez sí, con el estómago ya lleno, nos dirigimos hacia el anfiteatro, o Arènes de Nîmes. De hecho cuando fuimos estaba en remodelación, pero por lo visto allí se celebran corridas de toros, así como conciertos, etc.

La verdad es que siempre me han gustado los restos romanos, y aunque sólo había visto el anfiteatro de Tarragona, éste lo encontré bastante bien conservado.


Arènes de Nîmes


Rodeamos el anfiteatro y seguimos subiendo por boulevard Victor Hugo, una de las calles principales de la ciudad. Sí. Un sábado. A las 4 de la tarde. A 30º. Horrible, lo sé. Pero estaba disfrutando mis primeras vacaciones con ÉL, visitando Nîmes y viendo pedruscos de estos romanos. ¡Que le den al calor sofocante y al pestuzo sobaquil!

Unas manzanas más arriba, nos encontramos con la Maison Carreé, un templo romano construido por el señor Augusto, y convertido actualmente en museo de las artes antiguas.

Después de despotricar como nunca porque los franceses no nos dejaban hacer fotos del templo sin que salieran ellos chupando cámara, finalmente conseguimos hacer un par o tres de aceptables.


Maison Carreé


Seguimos subiendo algunas manzanas más hasta encontrarnos con un río con un paseo muy mono con árboles grandes y espesos a ambos lados. Oh, sí. ¡Qué descanso! Después de tanto rato andando bajo el sol y sudando como cerdos, encontrar eso fue como encontrar un oasis en medio del desierto. 




Caminamos por el paseo unos 10 minutos hasta dar con los Jardins de la Fontaine, unos jardines muy bonitos llenos también de construcciones romanas, como por ejemplo la Tour Magne. Esta torre mide unos 32 metros de altura y es visible desde cualquier parte de Nîmes




¿Veis ese pedrusco a la parte superior derecha que sobresale de entre los árboles? Sí, allí, arriba del todo. Lo primero que dije fue:
No pienso subir allí
Lo que me contestaron:
¡Y tanto que sí!
Yo contraataqué con un: 
Que no.
Y me remataron con:
Que sí.
Al final tuve que subir los 13548463 metros para llegar hasta la cima. Que vale, que sí, que después de haber alcanzado mi mayor reto que era subir el Turó de l'Home, eso no era nada. Pero estaba muerta de calor, de cansancio, de sed, y me dolían las piernas y la espalda. 

Al final llegamos, yo con media lengua fuera y los pulmones desparramados por ahí, pero lo conseguí. Recuerdo que me estuve un buen rato peleando con la cámara. Yo le quería hacer una foto a él, pero como estábamos rodeados de árboles y la torre que se veía a lo lejos estaba en pleno sol, la foto no quedaba bien del todo. 

Aquí la tenéis enterita:

Tour Magne



Eran las 6 y empezaba a hacerse tarde, así que decidimos volver para coger el coche e irnos hasta nuestro segundo destino: Avignon.

Bueno, de hecho no era Avignon capital, sino las afueras. Antes de irnos habíamos visto en Google Maps que por aquella zona había cantidad de campings, así que configuramos nuestro GPS, de ahora en adelante, María, para que nos avisara de los campings próximos.
Muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
Esta era la manera en la que nos avisaría cuando estuviésemos cerca de un camping. El mugido de una vaca. Nos empezamos a reír a carcajadas pensando en que cuando llegáramos a la zona, eso empezaría a sonar como un corral, con tanta vaca. 


Pero no.

Cada vez estábamos más cerca de Avignon y no sonaba nada. Atravesamos la ciudad y nada. Salimos de ella, seguimos hacia el norte, y nada. Como veíamos que eso no mugía y que nos estábamos alejando demasiado de la ciudad, decidimos dar media vuelta. Al llegar de nuevo a la ciudad, paramos en una calle a comprobar a María. Entonces buscamos manualmente los campings más cercanos. Y entonces sí, encontró algo. A 300 km. COMO QUÉ???? Sí, 300 km.

Lo buscamos de todas las maneras posibles, pero los únicos campings que encontraba estaban a tomar por culo muy lejos.  Yo me estaba empezando a desesperar. Esa zona estaba plagada por lo que vimos en Google Maps, así que decidimos coger el coche de nuevo y volver a intentarlo. Volvimos a ir hacia el sur, salimos de la ciudad y nada. Media vuelta. Hacia el norte, esta vez no cogimos la autopista, sino la carretera. Tampoco nada. Media vuelta y hacia la ciudad, otra vez.

Eran cerca de las 8 de la tarde, estaba anocheciendo y yo estaba subiéndome por las paredes.
Tranquila, si no encontramos ningún camping, siempre nos podemos quedar a dormir en el coche, muahahaha!!!
Se partía. A mi no me hacía puñetera gracia.

Paramos a las afueras de Avignon, donde había un centro comercial con un Carrefour y un McDonald's. Decidimos llamar a unos amigos, y pedirles que nos buscaran un par de campings cerca de la zona y sus direcciones.

Eran casi las 9, y entonces fue cuando nos llamaron. Habían encontrado dos campings, y uno estaba muy cerca de allí, a menos de dos quilómetros. Introdujimos la dirección en María y nos condujo hacia la entrada de la ciudad, por donde habíamos llegado y fue entonces cuando vimos un cartel con el símbolo de camping que señalaba hacia el norte. Y ninguno de los dos lo habíamos visto antes. Genial, María. ¡Buen trabajo! #ModoIrónicoOFF


Rodeamos la muralla de la ciudad hacia el norte, cruzamos un puente que atraviesa el Roine y llegamos a la isla de Barthelasse. Allí nos encontramos con el camping Bagatelle. Por suerte había parcelas disponibles, así que nos asignaron una y nos dieron un mapa para poder encontrarla. Estaba cerca de la entrada y también de los baños, indispensable cuando vas de camping.


#ModoParanoiaON


Porque no hay peor sensación que la de estar meándose en medio de la noche y tener que salir de la tienda con tu pijamita de ositos, con los calcetines por encima de los pantalones, con el rollo de papel de water en una mano y con la linterna en la otra (en caso de no tener linterna, se puede usar el móvil). 


Si tienes los baños lejos, tienes que patearte todo el recorrido, a oscuras, tú solo. De día aún, pero de noche tienes la orientación atrofiada, al menos yo. Empiezas a andar por los caminitos que conforman la distribución del camping. Llegas a un cruce. ¿Era para la derecha o para la izquierda? Está tan oscuro que no ves una mierda, y esas farolas parpadeantes situadas cada 9837 metros no es que sirvan de mucha ayuda. Sigues andando, con el inquietante e irritante sonido de los grillos de fondo. Ric. Ric. Ric. Parece que se estén cachondeando de ti. 


Los únicos pasos que se oyen en todo el camping son los tuyos. Crack, crack, crack. MIERDA!! Una piedrecita se te ha colado por dentro de la chancla, no sabes como. Continúas andando. De repente, el sonido de algo parecido a un helicóptero pasa zumbando al lado de tu oreja. Te estás acojonando por momentos así que empiezas a andar más rápido. Los grillos siguen descojonándose de ti. Ric. Ric Ric. Te giras para comprobar que nade te sigue y cuando vuelves la cabeza, algo de unos 5 cm se choca con tu cara. Sientes su aleteo nervioso, e intentas apartarlo con la mano. Un escalofrío te recorre todo el cuerpo. Echas a correr. De pronto, ves unas luces a lo lejos y decides dirigirte hacia ellas.


A medida que te vas acercando, compruebas que esas luces provienen de los baños. Sonríes aliviado y te paras. Resoplando sigues andando hacia la puerta de los baños de señoras, pero justo en ese momento notas una presencia. Como acto reflejo, miras por el rabillo del ojo y, efectivamente distingues dos sombras en la oscuridad. Gritas a la vez que pegas un salto hacia atrás como una nena, entonces los espectros levantan la vista y con voz alegre y risueña te dicen: 
Bonne nuit!!!! 
Y continúan jugando al UNO.


La madre que los parió. ¿Qué clase de gente rara se dedica a jugar al UNO a las 2 de la madrugada? Frikis, seguro.


#ModoParanoiaOFF


Pero por suerte, si te toca una parcela cerca de los baños, todo esto no pasa.


Serían las 9 y pico, era de noche y tuvimos que montar la Quechua a oscuras, con ayuda de una lámpara de LEDs a la cual se le estaba acabando la batería, así que teníamos que darnos prisa. Aún así, por no haber montado nunca una tienda de estas, creo que se nos dio bastante bien o, al menos, bastante mejor que a algunos zoquetes de ciertos vídeos de YouTube.


En una hora la teníamos montada, con las piquetas puestas, y el chiringuito con la mesa y las sillas preparado. Ya sólo nos quedaba ir a hinchar los colchones, y como iban con electricidad, tuvimos que cargarlos hasta los baños, enchufarlos, hincharlos, y luego cargarlos de vuelta a la tienda. Un follón.


Luego nos fuimos a duchar. Después de todo el día andando bajo el sol, estábamos cansados y hechos unos zorros, así que esa duchita nos sentó de maravilla. Y a la polilla que colgaba del techo medio muerta también pareció gustarle.


Luego preparamos la cena: abrimos una lata de tomate entero, una de aceitunas, atún, anchoas, un chorrito de aceite por encima y, voilá! Un moje! También abrimos un paquete de embutido, y lo acompañamos todo con un par de cervezas.


Sería cerca de la 1 de la madrugada cuando decidimos irnos a dormir. Mañana nos teníamos que levantar pronto, ya que nos esperaba otro día de ajetreo: visitar Avignon por la mañana, y luego coger el coche otra vez para continuar nuestra ruta.